Todas las personas contamos historias, las hemos contado por medios orales y, posteriormente, a través de imágenes o mediante la utilización de la escritura. La aparición de las pantallas propició una nueva forma de transmitir historias, que ha ido evolucionando con el paso de los años. Como ya nos decía Scolari en 2013, “Más que Homo Sapiens somos Homo fabulators. A los humanos nos encanta escuchar, ver o vivir buenos relatos”.
La educación mediática o media literacy hace referencia a la transmisión y aprendizaje de distintas competencias mediáticas, para poder comprender e interpretar con una visión crítica, los contenidos emitidos desde distintos medios de comunicación.
Estas competencias mediáticas se vieron transformadas por el surgimiento de la red en los años 80. La aparición de internet, produjo un desarrollo exponencial de las teorías de la comunicación, guiadas por las posibilidades que aportaban los nuevos medios. Nuestro ecosistema de medios, tal y como lo conocíamos: televisión, radio, prensa…, se vio sobrepasado por nuevas formas comunicativas e informativas. Estas nuevas redes comunicativas abiertas, han transformado nuestra forma de ver y actuar sobre temas como la política, el consumo, la educación, e incluso sobre la forma en que nos relacionamos.
Ante esta realidad, el profesorado se ve a veces sobrepasado por los constantes cambios mediados desde la tecnología, a los que rápidamente se suman las generaciones más jóvenes, seguidas del resto de la sociedad, y a los que no sabemos cómo responder desde la educación.
Para recoger las nuevas competencias y habilidades que posibilitaba la aparición del universo de internet, el concepto de transalfabetización (transliteracy, en inglés) vino a remarcar esa habilidad para leer y escribir, a la vez que interactuamos, utilizando distintos medios y plataformas. La introducción por parte de Henry Jenkins, en un artículo en la MIT Technology Review, del concepto de Narrativa Transmedia (Transmedia Storytelling), abría según este investigador una nueva era de convergencia entre medios que hacía inevitable el flujo constante de contenidos a través de una multiplicidad cada vez más amplia de canales, este concepto será una parte de la educación transmedia.
Así, partiendo de una concepción transmedia, generamos un relato, un storytelling, a través del cual, las distintas piezas expandidas en diferentes medios y desde una amplia variedad de plataformas, van construyendo una historia común. De esta forma, cada medio aporta parte del relato que construimos.
Plataformas de vídeo y audio, blogs, redes sociales, etc. unidas al potencial que ya representaban la televisión o la radio en nuestra sociedad, han conformado un auténtico ecosistema que expande la generación de aprendizajes, más allá de los saberes transmitidos en la escuela por parte del profesorado. Es lo que, de forma acertada, Scolari ha denominado como una “ecología de medios”, que nos atraviesa, potenciando nuestras posibilidades de aprender.
Pero, en el mundo educativo las adaptaciones narrativas y su utilización con intenciones pedagógicas, se remontan a las metodologías utilizadas por educadores como Freinet y sus propuestas, para hacer que el alumnado fuera constructor principal de sus propios relatos de aprendizaje. Las propuestas de Freinet, basadas en el texto libre, la correspondencia entre centros o entre estudiantes de un mismo centro, rompían con la metodología unidireccional y propiciaban el desarrollo de voces múltiples en la construcción de una misma historia. Suponían, así, el primer paso hacia una polifonía de voces en el aula, generando nuevas experiencias de aprendizaje que necesitaban de la implicación directa de las y los estudiantes.
De esta forma, la educación transmedia recoge los supuestos de distintas metodologías activas, desde el aprendizaje por proyectos al aprendizaje-servicio, pasando por el aprendizaje cooperativo, ABP, provocando la generación de nuevos contenidos en el conjunto del producto final, que se van enriqueciendo con la producción llevada a cabo por parte del conjunto de estudiantes.
A lo largo de los últimos años, han seguido proliferando los proyectos que usan la tecnología y las posibilidades de las nuevas redes sociales, para trabajar la construcción de una visión crítica en el alumnado sobre los mensajes lanzados desde esta nueva ecología de medios, respondiendo así, a una de las competencias clave que exige la nueva sociedad que nos rodea. La educación transmedia se convierte en un nuevo reto para el profesorado del siglo XXI que deben conocer los nuevos medios, analizarlos y saber responder de forma creativa desde la educación.
“No puede haber nada más ridículo que unos pedagogos que pretenden establecer algo definitivo en un campo todavía nuevo, donde la ciencia tantea tan solo las primeras nociones de certeza”
Celestín Freinet
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